Estoy
demasiado cansado para redactar el cuestionario, sobre intoxicaciones por
drogas de ocio, que me había propuesto hacer en este vuelo, y con el que evaluaré
de una forma “amable” y distendida a los alumnos de segundo del ciclo de
técnico en emergencias, en agradecimiento al gran trabajo que hicieron en sus
exposiciones orales, ilustrándome a mí y al resto de sus compañeros sobre la
droga que les había sido asignada previamente. Son un grupo realmente agradable
y que facilitan enormemente mi trabajo.
Pasaré
este fin de semana en un pequeño pueblo, cerca de Dublin, llamado Kilcoole.
Allí vive una excompañera de mi actual trabajo, que se mudó el año pasado con
su familia. Me invitó a visitarles, y la verdad es que me encanta viajar, me
gusta salir de la rutina y me gusta Irlanda.
Espero
volver a disfrutar de una Chowder soup, con su oportuno pan untado en
mantequilla, en un típico pub Irlandés. Irlanda…muy buenos recuerdos y
imborrables experiencias las vividas allí.
Jamás olvidaré mi primer viaje a la llamada isla verde. Fue a Galway concretamente, y lo hice, junto a mis compañeras del colegio, gracias a una beca que nos dieron para estudiar inglés. Aún, a día de hoy y tras haber visitado muchos más lugares de Irlanda, aquella ciudad del oeste de la isla, a la que los vientos atlánticos azotan con fiereza y donde la lluvia puede ser horizontal, sigue siendo mi favorita.
Jamás olvidaré mi primer viaje a la llamada isla verde. Fue a Galway concretamente, y lo hice, junto a mis compañeras del colegio, gracias a una beca que nos dieron para estudiar inglés. Aún, a día de hoy y tras haber visitado muchos más lugares de Irlanda, aquella ciudad del oeste de la isla, a la que los vientos atlánticos azotan con fiereza y donde la lluvia puede ser horizontal, sigue siendo mi favorita.
Cumpliendo la tradición de saltar desde el trampolín de Salt hill el día de año nuevo del año 2017
Después vinieron Cork, ciudad que también llegué a conocer bastante bien, Limerick y bonitos pueblos como Killarney, Sligo u otros que ya no recuerdo.
De un cursillo de iniciación donde aprendí algo sobre pubs y Busquers, pasé a hacer uno de especialización donde aprendí cosas sobre Leprecorns, Nakers, que hay que utilizar con cuidado la palabra "traveller" si hay alguno cerca, y conceptos algo más avanzados sobre este país de los que suele llegar a conocer el turista medio.
Mi inglés
mejoró sustancialmente con todas aquellas vivencias, y mi mochila vital se ha
quedado llena de bonitos recuerdos y de sentimientos de gratitud por lo
recibido.
Las
azafatas de Ryanair pasan por mi lado con sus carritos. Hace un
rato, han hecho su protocolaria demostración de que hacer si el avión cayera al
mar y esas cosas. Siempre
que las veo me recuerdan a mi primer trabajo como docente. Fue en
una academia de azafatas de vuelo y impartía el módulo de primeros auxilios
dentro de sus estudios de TCP (tripulante de cabina de pasajeros).
Recuerdo
mi primera clase en noviembre del 2014. Llegué una hora antes al Carrer
Muntaner de Barcelona. Desayuné en una cafetería que me gustaba especialmente
y, mientras lo hacía, me volví a revisar el temario de aquella primera sesión.
Mi sistema nervioso simpático estaba disparado y a parte de una taquicardia
considerable, tenía constante necesidad de orinar debido a los nervios. Sentí
la tentación de salir corriendo y olvidarme de aquel berenjenal en que me había
metido yo solito y sin necesidad ninguna, más que la de dar salida a una
vocación que me venía apretando desde hacía unos meses.
Está
feo decirlo, pero en lo económico me iba de fábula, tras haberme juntado, sin
comerlo ni beberlo ni buscarlo, con otros 2 trabajos a jornada completa, los
cuales podía compaginar bien. Quiero decir con esto, que el dinero no era un
aliciente ni algo que me motivara, ya que además de no muy bien pagado, aquel
tercer trabajo solo me suponía una actividad laboral de 3 horas semanales.
Tras
volver a orinar una última vez, entré al aula, me puse delante de aquellas 15 o
20 chicas (y algún chico) e intenté que no me temblara la voz en un inicio.
Luego ya me relajé y todo acabó resultando mucho más fácil de lo esperado. En
cierta ocasión, las acabé acompañando a Mallorca, a las instalaciones que Aena
tiene allí y donde debían examinarse al día siguiente. Me pasé 4 horas con los
2 grupos de mañana y tarde, intentado resolver las numerosas dudas de última
hora, practicando RCP, movilizaciones básicas de emergencia y divirtiéndome
bastante ante el “teenagerismo” la jovialidad y la simpatía de la mayoría de
aquellas chicas.
Tengo
muy buen recuerdo de aquellas alumnas y de aquel tiempo en general.
Tengo
tendencia a pensar en el pasado y, a veces, eso se plasma en lo que escribo. Me
gustaría cambiarlo, aunque no es algo que me preocupe, ni que vaya a intentar
forzar. Cada vez tengo más la sensación de que las cosas, las situaciones, y
también las personas, tienen unos ritmos y unos tiempos que hay que dejar fluir
sin más, y que todo llega cuando tiene que llegar.
En todo
caso, no es algo que me impida disfrutar del presente. Hoy ha sido un bonito
día. Junto a una compañera de trabajo, que vale oro y que irradia buen rollo y
positividad allá donde va, hemos ido a Barcelona, con todos los alumnos del
ciclo de auxiliar de curas de enfermería, a visitar el recinto modernista del
antiguo hospital de Sant Pau y la exposición de anatomía “Human bodies”.
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