jueves, 2 de mayo de 2019

Ucrania (I): "Pryvit Kiev, do pobachennya Poroshenko"

O lo que es lo mismo, hola Ucrania, adiós Petró Poroshenko.
Y así, como el que no quiere la cosa, sin haberlo premeditado, nos vimos, junto a un número nada despreciable de policía, militares y chavalería (no veas con la palabra viejuna...) Kievita, con el móvil en mano y siguiendo el acontecimiento en Streaming, asistiendo a un momento importante de la historia de Ucrania.
Viernes 19 de abril. Desde lo alto de la colina que ubica la fortaleza de Kiev, y con el ocaso cerniéndose sobre el cielo de la que fue la tercera ciudad más grande de la unión soviética, se oía el rugido de la multitud, proveniente del estadio olímpico, cada vez que, al igual que en un partido de tenis, uno de los 2 contendientes a la presidencia de Ucrania lanzaba su discurso para intentar ganarse el voto del electorado, de cara a la segunda vuelta de les elecciones que se celebrarían 2 días después.
Ganó Zelenski.
De actor a presidente de Ucrania. Es previsible que acabe en payaso y marioneta de la dictadura soft que supone occidente.

Por esa basura de plataforma, llamada Netflix, por la que nunca pagaría y que no debería ver tampoco, corre un documental, totalmente sesgado, parcial y Rusofóbico, llamado: "Invierno en llamas: el fuego de Ucrania por la libertad". Si se visualiza esta sucia propaganda imperialista es fácil que no se entienda el resultado de estas elecciones. Resulta bastante más comprensible si se ve este otro documental, llamado Ucrania: El año del caos.

La imagen que me llevo de la plaza Maidan es muy diferente de la que tenía antes de pisarla. La calle Khreschatyk rebosa de vida a todas horas y se respira bastante más felicidad y alegría de la que uno se pueda imaginar si no ha ido nunca por allí y se deja llevar por los estereotipos que por aquí se tienen sobre el este de Europa.
Mi estereotipo no estaba muy fundamentado y se basaba tan solo en la visita de 2 simpáticas, discretas y educadas chicas que alojé en casa, mediante la aplicación Couchsurfing. Eran de una ciudad del noreste, llamada Kharkiv, y andaban por aquí de vacaciones.
Yo andaba muy interesado en que me hablaran del conflicto por su país, cosa que no conseguí demasiado.
Eso sí, me resultó muy divertido ver en Instagram lo mucho que parecían haber disfrutado, en mis ausencias, del sol Catalán en la terraza de casa.