sábado, 6 de abril de 2019

"Lo que hago no es importante, pero es muy importante que lo haga"

Esta frase, de Mahatma Gandhi, es una de mis preferidas y de las que, de forma más recurrente y en diversas circunstancias, me vienen a la cabeza.
Un claro ejemplo de circunstancia donde la frase me asedia, es cuando me he propuesto salir a entrenar en bici y, llegado el momento, por a (la a puede ser una inofensiva nube minúscula ...) o por b (que podría ser cuando llego cansado del trabajo y pienso que no tengo por qué obligarme a más por ese día...) intento convencerme de que no es necesario. "¿A quien le importa?, ¿realmente es importante que lo haga?, ¿y si no lo hago, qué?".
La realidad es que a mis 38 años pienso que no, que realmente no es importante si salgo o no salgo a entrenar en bici, pero que sí, que sí que es muy importante que lo haga. Pese a ello, la realidad es que no voy a llegar como me había propuesto llegar a "La clàssica dels murs" de Cervera, una marcha cicloturista de 160 km's y 2400 metros de desnivel a superar, repartidos en 18 subidas , que discurre por las comarcas de La Segarra i de L'Anoia.
La razón es que el último mes ha sido muy intenso a nivel laboral y, en parte por falta de tiempo y por otra parte por falta de capacidad emocional, no siempre he cumplido con lo previsto como me hubiera gustado.
Si consideraba que, a pesar de que no fuera importante, era muy importante que lo hiciera, era porqué la última vez que me sentí realmente fuerte y realizado haciendo deporte fue en la edición de hace 4 años de esa misma prueba. Lo recuerdo como un día feliz, e intento tomarme lo de intentar ser feliz como una prioridad. En fin, trataré de asumir las circunstancias y disfrutar la prueba, adaptándome a mis posibilidades.
No me quejo. Actualmente, el trabajo también me hace sentirme realizado y feliz con bastante frecuencia. También, en él, suelo pensar sobre la frase que titula el post.
Hace 3 semanas estuve en una jornada de formación sobre neuroaprendizaje e innovación educativa en Solsona. Formarse en el sector educativo, suele ser sinónimo de brutal "input" motivacional y suele comportar componentes de reflexión, aprendizaje real, e incluso diría que hasta algo de revolución a nivel personal.
Por otra parte, en mi centro de trabajo también he estado realizando otro curso de formación llamado "Filosofia 3/18". Me he sentido muy muy básico haciéndolo. Lo cierto es que llegué a este sector gracias a una carrera y a una experiencia profesional de un sector sanitario muy concreto, y no desde una carrera de conocimientos más holísticos o abstractos como puedan ser filosofia, antropologia o algo parecido, cosa que cada vez veo con más claridad que me hubiera encantado hacer.
Hablando sobre filosofia, también he estado acompañando a alumnas a que impartieran talleres de ergonomia y primeros auxilios a los alumnos de 3º y 4º de primaria del colegio.
Uno de los niños nos hizo una pregunta que, dado el curso de filosofia que estaba haciendo en aquel momento, me dejo "to loco": ¿Por qué la columna vertebral está en la espalda y no delante?. Puede que parezca fácil de responder desde un punto de vista pragmático, pero lo cierto es que el pensamiento critico y reflexivo que el niño demostró, me pareció a años luz del que yo tengo.
Mis alumnas impartieron los talleres desenvolviéndose como autenticas profesionales y demostrando un bagaje y un saberhacer que, sin duda alguna, están adquiriendo poco a poco, y que espero que las lleve a sentirse realizadas y felices con su trabajo, como auxiliares de enfermería, en solo unos meses, o que las anime a estudiar, hacer o ser lo que ellas decidan ser.
La verdad es que hacer que alumnos en plena adolescencia (con todas las inseguridades y dudas que eso comporta...) descubran sus capacidades, potencialidades y posibilidades de ser feliz, creo que es lo más importante que puede conseguir un profesor, más allá de que puedan aprender anatomia o habilidades técnicas especificas sobre alguna profesión concreta.
Si me hubieran dicho con 20 años (o con 30) que ayer estaría en un Stand publicitario de la "Fira de l'estudiant de Manresa" informando a interesados sobre las posibilidades formativas de la FP de rama sanitaria, me hubiera escondido en un búnquer y aún estaría allí para evitar exponerme a esa situación. A día de hoy la puedo disfrutar, y creo que mi vida profesional (y, sin demasiado motivo de queja, quizás la personal también...) hubiera sido más gratificante y enriquecedora si hubiera descubierto antes algunas cosas sobre la vida...

...Como que el famoso corte de digestión no existía y que me hubiera podido bañar un montón de veces en que no lo hice ; pero sí la hidrocución de la que siempre me he librado, de momento:-)