Así aprendí que hay quien siente verdadera pasión por todo lo relativo al café y que incluso hay competiciones en las que baristas del todo el mundo demuestran sus habilidades a la hora de tratar el café, hacer figuras decorativas en el mismo y ese tipo de cosas.
Teniendo aquellos conocimientos, valoraba más aún los bonitos corazones que me hacía una camarera de una cafetería a la que estuve iendo un tiempo.
Si esto lo lee alguno de mis amigos, es probable que piense que soy un iluso o un optimista desmesurado, que me llama Marc, concretamente, y que seguramente aquella camarera le hacía ese corazón a todos los clientes. En fin, no suelo pensar nada concreto cada vez que alguna camarera me dibuja un corazón en el café.
En todo caso, por 45 coronas noruegas que me ha costado la broma, el cappuccino de hoy debería haber sido decorado, mínimo, con un Picasso.
Sobre la expresión "de chill", fue el mismo Marc, del que hablaba antes, el que me la enseño. Le conocí cuando él tenía 20 años y es normal que él la utilizara. A mis 38, quizás debería dejar de utilizarla yo, pero, ¿qué cojones?, los 40 de ahora son los 30 de antes, o eso se dice.
Mo i Rana es un municipio del distrito Noruego de Helgeland que, a su vez, se ubica en el condado de Nordland. Aquí he llegado esta tarde tras pedalear 100 km's de cuento de hadas. Nada nuevo desde que estoy pedaleando en Noruega. Cada rincón de este país es una especie de parque de atracciones natural.
La etapa ha sido fácil, a pesar de que los primeros 20 km's han consistido en una larga subida que me ha llegado a coronar el puerto de montaña, que inicié ya ayer, y que me ha llevado a un altiplano precioso rodeado de cumbres nevadas y de cursos fluviales que, viniendo de diferentes direcciones y confluyendo allí, se han ido entrelazando, formando así el río Gubbeltågan y descendiendo a mi lado hasta el fiordo de Ranfjorden, que empieza en el pueblo donde estoy.
Una vez he llegado aquí, he decidido parar, visitar el lugar y tomar el café, que además me permite cargar todas las baterías y escribir este post.
Cuando acabe de escribirlo (o cuando me cierren el chiringo), volveré a coger la bici para salir a la carretera que rodea el fiordo y buscar una buena ubicación para plantar la tienda esta noche.
Si lloviendo, con frío, y tras etapas difíciles, no me he visto en la necesidad de ir a un Camping, y me he podido bañar en cualquier mar, lago o río y acampar sin problema y sin pagar, hoy no será el día en que vaya a necesitar más comodidades. Luce un sol esplendido, el baño será fácil y estoy seguro de que encontraré algún idílico lugar en la orilla del fiordo. Además dará para "fotón", cosa que aquí es fácil.
Estoy intentando reflejar esta bonita experiencia en Instagram ("deivid.l.p", por si a alguien le interesa) y me estoy esforzando en captar momentos e inmortalizarlos para la posteridad.
Estoy contento de como están saliendo las cosas por aquí. Noruega es un país que, a priori, me planteaba un reto, debido a sus condiciones climáticas y a las complicaciones que ello me suscitaba a nivel logístico. Al final, no ha habido reto alguno, y de una forma natural y espontanea me he ido adaptando a las pequeñas incomodidades que se me han ido añadiendo y las he ido solventando sin darme cuenta.
Aquí llueve mucho, pero lo que se moja se seca. El agua está fría fría, pero cada vez me lo parece menos y me está costando menos lanzarme al agua para adecentarme y disfrutar, de paso, de esa sensación intensa que supone bañarse en aguas heladas. El terreno está plagado de desniveles y es "rompepiernas", que se dice en el argot ciclista, pero la verdad es que eso me gusta y me hace más entretenido el camino.
No soy un loco que vive en una realidad alternativa y que cree ser invulnerable o estar por encima de las temperaturas u otros riesgos que me plantea este viaje. Pero, eso sí, me gusta observar e ir ganando conciencia de hasta que punto la mente puede dominar al físico y de como uno se puede ir adaptando a todo y venciendo temores.
Al final, cuantos menos factores limitantes se ven en la vida, más capacitado está uno para ser feliz.
El factor limitante estrella, suele ser el dinero, y la verdad es que, sin tener la sensación de vivir austeramente ni de estar privandome de cosas, estoy gastando poquísimo.
Al final me ha pillado el toro y me han cerrado en la cafeteria, así que aquí estoy acabando el post a las 21:00h, dentro de la tienda de campaña, en un rincón paradisíaco que he encontrado las afueras del pueblo.
Aprovecho para ilustrar el post con las fotos que he hecho del sitio.
Bona nit!!