viernes, 21 de febrero de 2020

Tránsito entre cielos: Del del trekking Patagónico al del Caribe

Tras haber aprovechado al máximo los 4 días que he estado pasando en el Chalten, uno de los centros neurálgicos del trekking a nivel mundial, aquí ando, de nuevo en el Calafate, aprovechando las 14 horas que restan para tomar el autobús que esta noche me llevará a Punta Arenas en Chile.
Desde allí tomaré un vuelo hacia latitudes algo más benévolas a nivel climatológico, esperando poder disfrutar del verano Caribeño en Colombia.
El dueño del hostel donde me estuve alojando en la semana que pasé por aquí, antes de irme al Chantel, ha tenido a bien acogerme, altruistamente, en sus instalaciones y que pueda utilizar sus servicios hasta esta madrugada, así que aquí ando disfrutando de su café y de la paz y satisfacción que siempre me da escribir.
Además, resulta que esta noche actúan, en el importante festival que se anda celebrando por aquí, 3 importantes artistas de la escena Sudamericana del hip hop. Así que, entre unas cosas y otras, la obligada escala que me ha tocado hacer por aquí no va a resultar del todo inútil.

En el contexto del festival que comentaba y antes de irme al Chantel, el pasado lunes disputé una carrera-"pachanga" de 5 km. En fin, a parte de matar un poco el gusanillo competitivo, que espero no perder nunca, conseguí un 5º puesto que no me supuso demasiada satisfacción, ya que de haber estado en un estado de forma mínimamente admisible, el podium estaba regalado y, no sé hasta que punto, la victoria también.

En fin, con las piernas aún castigadas y muerto de sueño, llegué al Chantél en un horrible día de perros, lluvia y viento.
Entre mis dudas de si meterme en cama y pasar el día haciendo el "rata de hostel" o meterme en alguna cafetería agradable a ver la vida pasar desde la ventana, me topé con una Canadiense que no parecía contemplar demasiado lo de perder el tiempo, así que me uní a ella y salvamos el día con un trekking fácil y unas bebidas espirituosas en la "happy hour" vespertina. Y así, con algo de alcohol en el cuerpo y el sentido común ligeramente enturbiado, decidimos lanzarnos a la piscina e iniciar al día siguiente el trekking del Huemul, un exigente recorrido circular de 65 km y 4 días, más aún si la intención era completarlo en 3, de los cuales los 2 primeros -los más exigentes- se preveían potencialmente difíciles a nivel climatológico.

Todo salió genial y, tras 3 días con los paisajes mas espectaculares que haya visto nunca- dejando de lado Islandia- , lluvia, viento, nieve y mucho frío, ayer la comida me supo a gloria y la cama del hostel me resultó un placer de dioses.


 A pesar de que la comunicación con Priscilla no fue demasiado fluida -su Español era nulo y mi inglés es más que justito, por no hablar de que, ante un acento Canadiense, mi "listening" hace aguas por todos lados- hicimos un buen tándem y nos vimos acompañados, un factor importante, dada la poca gente que encontramos y los recónditos y poco accesible lugares donde nos movimos, ante la posible aparición de problemas.
En fin, una recomendable experiencia que, desde aquí, aconsejo. Ya que estamos, aconsejo también alojarse en el hostel "La cabaña", al lado de la estación de autobuses del Chantel, un alojamiento económico y muy confortable.
Un saludo a los lectores que anden por ahí!:-)

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