jueves, 23 de diciembre de 2021

Crónica de un día cualquiera en Quios (II): Cuando San Nicolás te la suda

Si estás leyendo estas palabras, imagino que es por qué te interesa saber cómo acabó la historia del último post.
Podría darle bastante bombo al tema y, sin faltar a la verdad, conferir tintes melodramáticos a una experiencia que, sinceramente, tuvo poco de drama para mí, más allá del intrínseco a la situación, que ya es bastante. Pero lo cierto es que, primero, aún gustándome el postureo, no frivolizo con lo importante. Y segundo, me cuesta escribir sobre aquello que no me inspira. Y lo que estoy viendo por aquí, lo calificaría de triste e innecesario, pero no de inspirador.

Si alguien estaba preocupado, solo decir que los treinta y pico inmigrantes estaban, a parte de muertos de frío, perfectamente. 
Salvo alguna hipotermia leve y alguna pneumonía, que empeoraría y que acabaría en el hospital, la mayoría de ellos hubieran estado tecleando su teléfono móvil y pasando de nosotros, de no ser por el hecho de que la policía se los requisa al llegar. 
OH MY GOD!, ¿Qué tienen móviles?!,¿qué no estarían pendientes de la estúpida solidaridad occidental que se les ofrece?! (emoticono de asombro aquí).  
Pues sí, sí, fíjate si son raros, que si la poli no se los hubiese requisado, les hubiéramos encontrado avisando a sus madres y seres queridos de que el mar Egeo no los ha engullido.
Pero por el hecho de que la poli se los requisa y por la hostilidad general que se respira en el ambiente, el solo hecho de estar y de preguntarles el nombre, de donde provienen, y si se encuentran mal o se les puede ayudar en algo, ya es mucho.

Por estos lares, más que asistencia sanitaria, que también, lo que hacen falta son unas cuantas sonrisas de bienvenida y algo de normalidad. 
Me la suda el futbol y el F.C.Barcelona pero, a diferencia de lo que haría en mi vida "normal", simulo cierto entusiasmo cuando me hablan de sus jugadores preferidos del Barça y me dicen que les encantaría visitar Barcelona y el Camp Nou.

Nos vamos del centro de detención de Lafkonia, donde ellos pasarán unos días antes de ser enviados al campo de refugiados de Vial. 
Espero que, cuando vengamos mañana, estén un poco más animados. Ni que sea por el hecho de que han conseguido entrar en la unión Europea. La que ellos consideran el paraíso. La que, junto a Estados Unidos, forma parte de la alianza atlántica OTAN, y ha convertido algunos de sus países de origen en infiernos, mediante injerencias externas y porquerías varias como la primavera Árabe del 2010.

Emma me hace de guía y me enseña un pequeño monasterio ortodoxo llamado Virgin Mary Myrtidiotissa. 
Construido sobre un promontorio con vistas y caída al mar, unos metros por debajo tiene un pequeño cementerio adjunto que parece querer mimetizarse con la gran fosa común que supone aquel mar desde hace años. El cementerio alberga unas cuantas tumbas custodiadas por cruces. 
La más grande, se eleva imponente como si quisiese mostrarse y dar esperanza a quien pueda verla.


Puede que San Nicolás esté metido también en toda esta movida. 
Él es patrono de Grecia y de Turquía, país que queda justo delante. Se dice que también es patrono de marineros ( y de niños y prostitutas...), y que los que surcaban las aguas del Egeo y del Jónico se decían entre ellos: “Que San Nicolás lleve tu timón”, deseándose así buen suerte.

Pero la mayoría de los que, a día de hoy, más suerte necesitan en estas aguas no son Cristianos, así que la cruz se la suda. 
Respecto a San Nicolás, ¿qué puedo decir?, el propio Cristianismo lo ha convertido en un payaso vestido de rojo que dice “jo, jo jo, feliz navidad” y que solo trae regalos a niños con padres que puedan pagarlos. 
Nunca protegió a las meretrices, ya no protege a los niños, y no sé que piensan sobre él los marineros contemporáneos. Para los de estas pateras, al igual que la cruz, el actual Santa Claus resulta casi ofensivo.
No te extrañe. Nunca serán enterrados en el cementerio del que hablo. Tampoco creo que les gustara.

Tras una montaña cercana, yendo hacia el interior de la isla, hay un cementerio que, lejos de fastuosidad y florituras, acogerá sus cuerpos si mueren en aguas Griegas.

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