lunes, 22 de julio de 2024

Un vino en Narva, los confines del "imperio del bien"

Leía ayer el último post del blog de Rafael Poch.
Gracias a sus escritos (y a los que comparte en su espacio), en absoluto catastrofistas, tengo bastante asumido que es más que probable que, antes de expirar, viva la tercera guerra mundial.
La vida, entre otras cosas, consiste en ir viviendo cosas que pensabas que a ti no te podían suceder. En surfearlas cómo puedas y de salir más o menos indemne y con más herramientas. Y, mientras tanto, hasta que llegan, en disfrutar los buenos momentos que van surgiendo y valorarlos en la medida de lo que tus capacidades te permitan. 
Nadie sabe que está viviendo uno de los mejores momentos de su vida mientras lo vive, pero creo que, con la edad, se gana capacidad de intuir que así pueda estar siendo.

Uno de los míos sucedió en Narva, la ciudad más al este de Estonia y fronteriza con Rusia, solo separada de esta por el estrecho río de nombre homónimo a la ciudad.
Andrea, mi novia Argentina por aquel entonces, sostenía en mano una copa de vino blanco. Yo otra. Ante nosotros el mar Báltico, uno de mis preferidos en este mundo.

Tras el viaje en bici que había hecho desde Vilnius a Tallin, me había reencontrado con ella aquella mañana en la capital Estona. Habíamos alquilado un coche y habíamos conducido hasta llegar allí.
Le estuve hablando del blog que me había dado a conocer aquella ciudad. Y de mis ganas de cruzar el río Narva y visitar Rusia. Ella me dijo que con su pasaporte Argentino no le hacía falta visado para entrar y que le gustaría venir conmigo.
Siempre que alguien despotrica o habla con pesimismo de su historial de relaciones afectivas, pienso en lo afortunado que soy y en las veces en que he pensado que "ahí" hubiera sido buen lugar para plantarse.
Más tarde, fuimos a pasear por aquella playa y nos encontramos, casualmente, con un festival infantil. Familia...un concepto que, en el contexto Español, relaciono con algo rancio, casposo y, de alguna forma, obsoleto. En cambio y no te preguntes el motivo, porque ni yo lo sé (en parte...), en los paises de este de Europa me suscita bonitos pensamientos.

Narva, a efectos poblacionales, es Rusia. La inmensa mayoría de su población es Rusa y Rusoparlante. Pese a ello, como explica el post que he enlazado, la administración local ha sido obligada a retirar la lápida con el tanque T-34 conmemorativa de la liberación Soviética.

Creo que este es el post más corto desde que inaguré este blog. Está bien así. O no. Lo bueno (ya me lo digo yo todo:-), si corto...dos veces bueno, ¿no? Sí, quizás no.
En fin, es verano, estoy vago para escribir y debería estar preparando el viaje en bici más extremo que nunca antes haya hecho y que empiezo en poco más de una semana.
Para variar el contenido que aquí suelo tratar, intentaré dar debida cuenta de ello.

Buen verano.

No hay comentarios:

Publicar un comentario